Cidade Maravilhosa

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Hola gente linda, este es mi humilde homenaje a una de las ciudades mas bellas e impactantes del mundo, Río de Janeiro, la cual me marco mucho en mi vida, y es un poquito de lo que soy ahora.
Cidade maravilhosa, te llevo muy dentro de mi corazón.

Mi experiencia fue tan increíble y fascinante, que he soñado con esta ciudad durante 9 años de mi vida, hasta que pude volver y concretar mi sueño de recorrer aquellos rincones y lugares donde estuve cuando tan solo tenía 17 años.
Es tan mágico el recuerdo que me ha quedado, por que he vivido esta ciudad desde una perspectiva poco usual y muy profunda, desde la de los chicos de la calle.

Huí de mi casa siendo menor de edad, emprendiendo un viaje sin destino ni rumbo cierto, con tan solo un paquete de arroz, una lata de atún y una bolsa de galletas de agua.
Caminando, a dedo, pidiendo, pase por muchas cosas y aventuras hasta llegar a Río, pero la experiencia que quiero relatar es la que tuve cuando llegue a esta ciudad.

Me dejo un camionero en la periferia de Río y me dio unos reales para tomarme un colectivo al centro. Allí pensé que estaba cerca de ver el mar, cuando pregunte donde esta Copacabana para ir caminando, se rieron y me dijeron tenes que tomar un subte por que es muy lejos. Para ahorrar dinero emprendí el viaje caminando sin escuchar los consejos, camine, camine, pasando por Flamengo, Botafogo, y de caminar por largas horas llegue a Copacabana. Al estar cansado me recosté sobre un banco de la plaza Nuestra Señora de Copacabana, apenas me dormí por completo del cansancio, sentí que alguien me tiraba los pelos, no muy fuerte, como si me estuvieran impeccionando, cuando me levante eran como 8 chicos de la calle alrededor mió observándome.

Algunos más pequeños, otras más grandes, descalzos, con sus remeras sucias y desgarradas, mirándome como si fuera de otro planeta. De repente lo primero que hacen es hurgarme los bolsillos, en busca de dinero o algo de valor creo, luego mi bolsa de nailon con recuerdos, folleteria que guardaba evidenciando los lugares por donde andube, la revisaron y al ver lo que tenia me la devolvieron.

“De onde é voce”(de donde eres tu), la primer palabra que escuche de ellos. “Eu sou Argentino, vim de carona pra Río” (Yo soy argentino, vine a dedo hasta Río), fue mi respuesta.
Cuando dije eso dijeron, “Voce ta maluco” (vos estas re-loco), esa frase me quedo grabada y es la que acompaña mi actual apodo.
No paso ni un minuto, que de inmediato me empezaron a convidar cosas para comer, tenes sed me preguntaron, ivan pedían, y me traían un refresco, tenes mas hambre, ivan pedían y me traían algo de comer.
Se acerco uno de los chicos y me abrazo, me recuerdo su nombre era Leandro, casi mi misma edad 16, “Voce vai ficar com nois, e neguem vai fazer nada a voce” (vos te vas a quedar con nosotros, y nadie te va a hacer nada).

Fueron buscaron un par de cartones que tenían escondidos, y caminamos hacia un puente cerca de la conexión con Botafogo. Allí era una especie de lugar donde varios niños ivan a dormir. Mucha droga se veia, fana era la que mas consumían.
Pero lo que no me olvido mas cuando esa misma noche me dijieron, “Voce conheçe o Maracana” (Vos conoces el Maracana), “Manha tem jogo do Flamengo” (mañana juega el Flamengo). Y así fue, nos levantamos temprano, tomamos un colectivo hasta el centro, pasando gratis por debajo de los molinetes, llegando a un albergue en donde desayunamos, jugamos al futbol, yo era Maradonna para todos, y luego almorzamos, todo gratis y nadie te preguntaba nada. Muchisimos chicos comiendo allí.

Luego a la siesta emprendimos el viaje al mismisimo Maracana, llegando los chicos se fueron a comprar un tarro de fana, y lo colocaban en las latitas de coca, donde de alli aspiraban la toxica droga. En mi bolsa de nailon de recuerdos llevaba un soplete, que fue advertido en aquella requisa, supieron que padecía de asma, no permitiéndome en ningún momento consumir aquella droga.
Pidieron plata, compramos las entradas, y entramos al Maracaná. Flamengo vs Botafogo, segunda fase de la copa Río – Sao Paulo, llovía y el campo de juego estaba rápido, una gran convocatoria de publico debido a que es un clásico de la ciudad.

Romario jugando para el Flamengo, Bebeto jugando para el Botafogo.
Flamengo obligado a ganar para pasar a la siguiente fase, con el empate Botafogo se quedaba con la gloria. De repente Romario hace nacer una jugado desde sus pies, la cual termina en Gol de Adriano. Se despierta la locura, el fervor, el descontrol.
“Mengooooo, Mengooooo, Mengoooooo”, “Ah, huhu, o Maracana é nosso”, “Ah eu tou maluco”.
Que locura llovía, ya era de noche, y miraba toda esa alegria de la gente, me senti que estaba en un sueño. Que lindo no me olvido mas de ello.
Pero de repente, pum, cachetazo, gol del Botafogo y termina el partido. Se quedo sin nada el Flamengo y la alegría se corto en solo 5 minutos.

Fue muy profundo lo que viví, con los chicos de la calle, debido a que me di cuenta de muchos aspectos sociales, que por ahí uno no los percibe, o no quiere verlos. Yo era un chico de la calle mas allí, minino da rua, pidiendo y durmiendo, bañándome en el mar, descalzo.
Me di cuenta de muchas cosas de la vida, lo que mas me ayudaban eran los mas pobres, los que mas te daban eran los mas pobres, los que mas me protegían eran los mas pobres, mucha gente adinerada miraban hacia ti con desprecio y nunca recibí ni un real de ellos.
Los turistas no se si por miedo o temor nunca casi me dieron algo de comer. Solo la gente de allí, restaurantes a los que íbamos a pedir sobras de comidas, o gente que sale a la mañana a darte un paquete de galletas, o leche para que puedas subsistir.
Presencie muchas peleas entre ellos, y pase por muchas angustias también.

Me recuerdo que una noche estábamos durmiendo, y vinieron en una traficc gente de la municipalidad, algunos policias y personas de entes sociales, nos hicieron subir allí, y nos llevaron a un albergue, nos dieron de comer, nos bañamos y nos pusimos a ver tele.
En estos albergues son casi como si estuviera preso, intentan mantenerte el mayor tiempo que pueden allí, pero un día decidí saltar la reja y volver a Copacabana.

Un día me paro la policía cerca del Maracaná, estabamos fumando y me comí la tuca, me pegaron un chirlazo, me pidieron documentación y yo no tenia nada, estaba de ilegal, me llaman el clandestino diría Manu Chao, me perdonaron la vida y me dijeron que no me querían ver mas por la zona. Jaja que cagaso aquellas vez, pense que todo se iva a acabar y me ivan a deportar.

Me acuerdo cuando entrabamos a los super a robar comida, chocolates, galletas, mortadela, jaja me rió para no llorar, una vez agarraron a uno de mis compañeros, hay hay hay, que paliza se llevo, alli por cuadra hay una persona de seguridad paga, los cuales son bastante violentos y tienen unos palos duros como una roca, menos mal que nunca me meti en problemas si no mama.

Comienza el carnaval, yo quería ir al centro a ver el Sambodromo, así que insistí con ello hasta que me llevaron, estuvimos en una iglesia, nos dieron de comer, y ya era el despliegue de fuegos artificiales dando comienzo a la primera jornada del desfile.

Al no tener dinero obvio que vimos el Sambodromo desde afuera, pero era un mundo de gente, desde un puente daba para ver las escolas de samba, salio campeon Beija Flor ese año. Fue tan lindo porque pude tocar las carrosas antes de que entraran al Sambodromo.

Viví el furor del carnaval, con su fantasía me lleno de alegría, algo que no puedo dejar de recordar.

Para despedirme de la ciudad, quería hacer una promesa, un agradecimiento a todo, por protegerme de que no me pasara nada y cuidarme en todo momento, prometí subir al Cristo Redentor caminando.
No hubo manera de convencer a alguno de los chicos que me acompañara, no hubo forma, así que emprendí una mañana el viaje solo, me tome un colectivo hasta Cosme Velho desde donde sale el tren al Corcovado, y camine por las vias hasta llegar al Cristo, pasando por la exuberante vegetación, fue algo increíble la verdad.
Legue allí, agradecí a Dios por todo, no tenia ni un real para sacarme una foto, para demostrar que estuve allí.
Y luego de apreciar la impactante vista desde lo más alto del Corcovado, descendí para volver a Copacabana. Hay Jesús gracias por poder vivir esta impresionante experiencia, la cual me marco un antes y un después en mi vida.

Bueno luego volvi a Sao Paulo, para emprender mi retorno a Cordoba, me despido de ustedes diciéndoles gracias por leer esto, espero que les haya gustado, paz y armonía. Rio de Janeiro sos parte de mi vida para siempre.
                                                                                            MALUCONACHO

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6 respuestas to “Cidade Maravilhosa”

  1. inbreible lo tuyo nacho. emociona leer lo que contas. te felicito por el despliegue y comparto la buena vibra de sentir la aventura como una escencia mas del espiritu. un abrazo.

  2. estou emocionado, não sei o que falar.

  3. La verdad que fue muy emocionante leerlo.. si que hay que tener huevos para hacer eso.. un abrazo grande y gracias por compartirlo..

  4. es un sueño para mi lo que has echo en tu vida amigo que la gracia de dios te siga acompañando!!! sebastian diaz

  5. Woow… sin palabras..

  6. maluco!agradecida de leerte, gente como vos me levanta el alma y me hace felizz!!! saludos desde argentina, mendoza ❤

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